En muchos sistemas físicos se involucran varias partículas microscópicas: núcleos, átomos, moléculas, sólidos, sistemas gaseosos, etc. Mientras en un átomo se involucran entre 2 y 300 partículas, en los sistemas termodinámicos este número se vuelve realmente grande (
).
Para describir un sistema de  partículas generalizamos lo que hacíamos con una sola partícula. Despreciando las coordenadas de espín, la función de onda conjunta 
 para las 
 partículas debe permitirnos evaluar la probabilidad conjunta de que la partícula 1 se encuentre en un entorno diferencial 
 de 
, la partícula 2 se encuentre en un entorno diferencial 
 de 
, 
 y la partícula 
 se encuentre en un entorno diferencial 
 de 
, mediante 
. Cuando la descripción se realiza a través de un conjunto de números cuánticos 
 (por ejemplo 
 en el caso del átomo hidrogenoide), la función de onda conjunta se representa en estos términos como 
; en principio puede construirse a partir del producto tensorial de cada espacio de Hilbert, es decir 
. Esta función de onda (normalizada) debe evolucionar en el tiempo de acuerdo con la ecuación de Schrödinger
Como los 
 actúan sobre diferentes espacios de Hilbert, es obvio que se cumple
Al igual que en el caso de una única partícula, nos siguen interesando los autovalores  de 
. Si el potencial es independiente del tiempo, la ecuación para las autoenergías 
 ahora se escribe
Por ejemplo en el caso de un átomo multielectrónico, puede describirse el sistema mediante las coordenadas 
 de los 
 electrones más la coordenada del centro de masa 
, que prácticamente coincide con la coordenada del núcleo en virtud de que la masa de un nucleón (neutrón o protón) es 1800 veces la de un electrón. Considerando que solo existe la interacción coulombiana entre estas partículas, de cargas 
 y 
 (núcleo)
Cuando las partículas son distinguibles, esta construcción mediante el producto de soluciones individuales resulta suficiente
Gustavo Castellano 04/11/2025