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Para optimizar el funcionamiento de la
microsonda, el haz de electrones debe pasar por el eje de las lentes
magnéticas. La dirección del haz es muy sensible a la posición del
filamento, y no sólo es imposible su ubicación exacta desde un comienzo,
sino que además puede modificarse con el uso. El filamento requiere una
alineación periódica, o al cambiar el filamento una vez cumplida su vida
útil. Este centrado se controla preferentemente desde fuera del sistema de
vacío maximizando la corriente mientras está emitiendo el cañón, ya que al
alejarse del centro de la grilla que lo aloja disminuye la emisión. Este
ajuste es fundamental para no reducir la vida útil del filamento --de
algunos cientos de horas--, pues la temperatura de saturación depende de
su ubicación.
Por otro lado, los elementos de la columna (cañón, lentes, etc.) siempre
pueden estar levemente desalineados, y actualmente se corrigen mediante
bobinas magnéticas que encaminan el haz por el trayecto correcto y pueden
ajustarse buscando la máxima corriente en el haz final; estos dispositivos
han reemplazado los ajustes mecánicos tradicionales.
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Gustavo Castellano 15/05/2009