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La corriente que alcanza la
muestra es una variable particularmente importante para realizar análisis
cuantitativo, por lo que debe monitorearse adecuadamente. Puede medirse la
corriente de espécimen, que es la que fluye de la muestra a
tierra, pero ésta depende de la emisión de electrones retrodispersados y
secundarios. Un registro más adecuado se logra mediante una `copa de
Faraday', que consiste de un cilindro conductor hueco tapado en un extremo,
con un orificio en la tapa que permite el paso del haz y colecta toda
la carga de exceso depositada en la muestra. Típicamente este dispositivo
es retráctil, de modo que permite hacer determinaciones antes y después de
una medición de intensidades de rayos x.
Las corrientes típicas en una microsonda oscilan entre 10 y 100nA, aunque
en equipamientos modernos se alcanzan algunos mA. Por el contrario, cuando
el interés está centrado en la microscopía, las corrientes pueden reducirse
hasta
pA.
Gustavo Castellano 15/05/2009