En un átomo multielectrónico puede asumirse que el potencial promedio al que está sometido cada electrón mantiene simetría esférica, es decir se trata de un potencial central. De manera similar al caso del átomo hidrogenoide, tendremos autoestados 
: los electrones atómicos se ordenan en una estructura de capas, cada una de las cuales se caracteriza mediante el número cuántico principal (o radial) 
; estas capas tienen subcapas especificadas por los números cuánticos orbitales 
, que representa los posibles autovalores para el módulo del momento angular orbital (
); a su vez, estas se dividen en subsubcapas según el valor de las posibles proyecciones 
 (autovalores de 
). Cada uno de estos estados, llamados orbitales, queda determinado entonces por estos tres números cuánticos, y a menudo aludimos a ellos como 
, utilizando la misma notación que usábamos sin considerar el espín, aunque claramente ahora existen dos posibilidades para la proyección 
 del momento angular intrínseco de cada electrón en alguna dirección (arbitraria). Las soluciones que se logran para átomos multielectrónicos repiten el esquema de desdoblamientos que habíamos visto para los átomos hidrogenoides: cada capa 
 tiene 
 subcapas con 
, cada una de las cuales admite 
 proyecciones 
. Las subcapas se identifican con las letras 
, etc., asociadas respectivamente con los valores 
 Para un dado 
, un estado 
 tiene solo un orbital 
, los estados 
 incluyen tres orbitales 
, etc. Así hablamos de los orbitales 
, 
, 
, 
, 
, 
, etc.
Si los electrones fueran bosones, todos ellos podrían ocupar el mismo estado, de modo que el estado fundamental los tendría a todos en el orbital , pero al ser fermiones deben respetar el principio de exclusión de Pauli: cada orbital 
 puede alojar a lo sumo 2 electrones (
), de modo que cuando aludimos a los orbitales 
 nos referimos a 
 estados posibles. Por ejemplo, caben 2 electrones en los estados 
 (
), 6 en los 
 (
), 10 en los 
 (
), etc. 
 
| 
 
En el estado fundamental, los orbitales se van llenando en orden de energías crecientes, y la distribución de los electrones en los diferentes orbitales se denomina “configuración electrónica”. La forma habitual de indicar la configuración para un determinado átomo es señalar los orbitales   | 
litio (Li) el tercer electrón pasa a ocupar el estado (
), de modo que tenemos 
, etc.
Al resolver el problema completo del átomo multielectrónico se encuentra que la energía de cada configuración depende del valor del momento angular total del sistema 
, a través de la contribución de los momentos angulares individuales orbitales 
 e intrínsecos 
,
Como estamos interesados en la configuración electrónica del estado fundamental, queremos saber para qué valor resultante de  se da la menor energía posible. La respuesta a este escalofriante enigma la dan las reglas de Hund, que establecen que el estado fundamental de una configuración electrónica es aquel para el cual:
Con estas reglas podemos resolver el estado fundamental para el boro. Sabemos que 
 (no hay nada para decidir con (a)), y 
, de modo que tampoco es necesaria (b): la capa tiene menos de la mitad de los electrones que puede alojar, de modo que 
, y el estado fundamental para el B es 
.
En el caso del carbono (), la convención para representar la configuración electrónica es con dos espines “up” en los orbitales 
 para señalar que los espines paralelos generan una configuración de espín máximo, en este caso 1/2+1/2=1 (por supuesto, dos espines “down” servirían perfectamente para representar lo mismo). De este modo se satisface la regla (a) respetando el principio de exclusión, que claramente exige que los estados de estos dos electrones no posean los mismos números cuánticos 
. Para encontrar el valor máximo para 
 notemos que la proyección 
 resultante de sumar espines con 
 puede tomar valores extremos 
 o 
; si bien la suma de dos momentos angulares 
 permitiría un momento resultante 0, 1 o 2, el máximo valor compatible con estas proyecciones es 
, con lo cual resolvemos el requerimiento de la regla (b). Finalmente, como la subcapa tiene menos de la mitad llena, 
, de manera que el estado fundamental del carbono es 
.
El ordenamiento de las energías individuales sigue en general la siguiente regla: escribiendo columnas para 
 
| 
 
los orbitales permitidos en cada capa, en orden creciente de  
  | 
Veamos ahora un ejemplo un poco más complicado, como el vanadio (), cuya configuración es [Ar]
. Los 3 electrones de los orbitales 
 pueden estar desapareados, de manera que el máximo valor para 
 es 3/2; como se encuentran con los mismos números cuánticos 
, 
 y 
, no pueden compartir los valores de 
, de manera que el valor de la proyección 
 resultante de sumar 3 espines con 
 o 2 puede tomar valores extremos 
 o 
; esto nos indica que el máximo valor de 
 compatible con estas proyecciones es 3. Como hay menos de la mitad de los 10 electrones que caben en la subcapa 
, el valor que debe tomar 
 es 
, y el estado fundamental para el V se escribe 
.
Por último analizamos el caso del manganeso: , [Ar]
. Los 5 espines pueden estar paralelos, con lo que el máximo valor de 
 es 5/2; por otro lado, los 5 valores diferentes de 
 que debemos abarcar nos llevan a la conclusión de que el valor de 
 resultante solo puede ser 0: el único valor de 
 compatible con el principio de exclusión es entonces 0. Vemos que no se genera ninguna disyuntiva acerca de si la capa está llena menos o más de la mitad, ya que con 
 el único valor posible es para el momento angular total es 
. El estado fundamental del Mn es entonces 
.
También ocurrirá que  cuando la capa esté completamente llena, ya que un razonamiento similar nos lleva a que las proyecciones 
 resultantes solo pueden ser nulas. En todas las configuraciones con capas completas o llenas justo hasta la mitad, para obtener el valor resultante de 
 deben considerarse solo el resto de las capas incompletas.
Gustavo Castellano 04/11/2025