Varias características de esta aproximación se infieren directamente, antes de encarar algún ejemplo concreto. Por ejemplo, el hecho de que los campos externos no provoquen transiciones entre bandas tiene como consecuencia notable que los números de electrones en cada banda se mantienen fijos. Las propiedades del material en cuanto a los fenómenos de transporte estarán regidas por las poblaciones de cada banda: aquí se pondrá en evidencia la relevancia de las expresiones que puedan obtenerse para la determinación de la estructura de bandas, como las descriptas en capítulos anteriores.
La movilidad de los electrones en las bandas varía, porque están regidas por diferentes relaciones de dispersión
. Está claro que en el análisis correspondiente a una determinada temperatura
(en general próxima a la temperatura ambiente), descartaremos aquellas bandas para las cuales todas sus energías excedan la energía de Fermi
en varias veces
, ya que estarán completamente desocupadas. Pronto veremos que tampoco es necesario considerar aquellos estados cuyas energías sean bastante menores que
, con lo cual se restringe mucho el número de portadores de carga que deben ser tenidos en cuenta en nuestra descripción.
Es importante señalar que cuando se hace demasiado pequeño, el modelo semiclásico no puede utilizarse: cualquier campo eléctrico
constante aplicado haría crecer
indefinidamente, aunque como no pueden provocarse transiciones entre bandas, el electrón no puede superar la energía máxima de la banda donde se encuentra. Esto significa que el potencial debe tener una intensidad mínima —en comparación con el potencial aplicado (que da lugar a
)— para que pueda emplearse este modelo; las condiciones que deben satisfacer entonces los campos externos en relación con la red cristalina se resumen como
A estas limitaciones deben agregarse dos condiciones extras; una relacionada con la frecuencia de los campos electromagnéticos aplicados