Fuerzas de vínculo
Si en lugar de los vínculos hubiese un fuerzas generalizadas
(ficticias) —no incluidas en la lagrangiana— que obliguen a respetar las restricciones impuestas, habríamos planteado las ecuaciones presentadas más arriba
de manera que al comparar, resulta evidente que podemos identificar las componentes de las fuerzas (generalizadas) de vínculo como
Vemos entonces que al incluir los vínculos no holónomos en el procedimiento, podemos encontrar las fuerzas de ligadura que intervienen en el sistema. Esta conclusión no solo es válida para los vínculos no holónomos: podemos repetir el razonamiento anterior para sistemas regidos por restricciones holónomas
ya que al derivarlas con respecto al tiempo
toman la forma (11), identificando
y
como las derivadas parciales respectivas de cada término. Por supuesto, estas ecuaciones son integrables, pero las reescribimos para lograr una descripción que involucre las fuerzas de vínculo cuando estas sean de interés.
Para fijar ideas con un vínculo holónomo simple, volvamos a aquel ejemplo de una masa puntual “confinada” a moverse a lo largo de un alambre que rota con velocidad angular constante (§2.5). En lugar de restringir el problema a un solo grado de libertad, fingimos que la masa puede desplazarse atravesando el alambre, y luego imponemos la condición de vínculo que ponga en evidencia el efecto de la fuerza de ligadura que la mantiene con
. Eligiendo las coordenadas polares y , aspiramos a encontrar dos funciones de movimiento, más la fuerza generalizada de vínculo, que solo tiene componente transversal al alambre.
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La lagrangiana entonces cuenta solo con la energía cinética (no hay gravedad)
y debemos incorporar la condición de vínculo (una sola:
)

o bien
Comparando con (11), y notando que aquí solo interviene
, identificamos
y advertimos que interviene un solo multiplicador de Lagrange
de modo que las ecuaciones de movimiento que obtenemos son

y
Agregamos ahora la información provista por la ecuación de vínculo, que permite reemplazar
y por lo tanto
, de manera que la primera de las ecuaciones nos devuelve
De aquí podemos derivar
y reemplazar en la segunda ecuación de movimiento, para encontrar la fuerza generalizada de vínculo que el alambre ejerce sobre la masa, obligándola a mantener su velocidad angular
constante
(¿serán correctas las unidades de
?). Las condiciones iniciales imponen los valores para
y
.
donde sabemos que el momento de inercia baricéntrico del cilindro es
. Agregamos las ecuaciones para los dos vínculos holónomos

(condición de rodadura)

(contacto rígido)
Expresamos ambas condiciones en la forma (11) tomando
,
y
(ejercicio)
En la primera de estas relaciones identificamos
y
, y en la segunda,
. Las ecuaciones de movimiento resultan (ejercicio)
Imponiendo los vínculos
podemos resumir las ecuaciones de movimiento como (ejercicio)
Para la fuerza
normal al cilindro fijo encontramos (otro ejercicio)
mientras que para la fuerza de roce
que garantiza la condición de rodadura (otro más),
Vemos entonces que en el caso holónomo, en virtud de que las relaciones
no involucran a las
, puede definirse una lagrangiana “extendida” o “expandida”
y considerar
variables independientes
; de este modo se condensa la información como
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(14) |
Es fácil comprobar que como los
no intervienen en
, parte de estas ecuaciones devuelven las relaciones de vínculo
En muchos casos esta expresión puede resultar provechosa, y en otros no tanto, por lo que es conveniente utilizarla con prudencia. De cualquier modo, vale la pena dejar en claro que para obtener las ecuaciones de movimiento, aplicamos el principio de Hamilton imponiendo la condición de extremo a través de la inclusión de los vínculos
donde tomamos
y
como variables independientes.
Gustavo Castellano 16/11/2023