En §3.2 habíamos definido la acción como
Como ahora introdujimos el hamiltoniano
podemos enunciar el principio de Hamilton en términos de las variables independientes consideradas
, exigiendo que en torno del extremo de
(la solución para las funciones de movimiento) se cumpla
![$\displaystyle \hspace{6em} \delta S = \delta\int_{t_1}^{t_2} \!{\rm d}t\; \bigg...
...,q,t) \bigg] = 0
\hspace{5em} \big( \delta q_j(t_1)=0=\delta q_j(t_2) \big) \;.$](img1111.svg) |
(35) |
Es decir,
Integrando por partes el primer término e imponiendo la condición sobre los extremos de las trayectorias, puede mostrarse que (ejercicio)
de manera que reemplazando en la expresión anterior y agrupando convenientemente la condición de extremo implica
Como esta igualdad debe valer para
y
arbitrarias, y todas ellas son independientes, debe cumplirse

y
que son justamente las ecuaciones canónicas. Vemos entonces que el principio de Hamilton impone las ecuaciones de movimiento dentro de este contexto, tal como lo hacía en la formulación lagrangiana.
Notemos que, teniendo en cuenta que
, la condición de extremo (35) puede expresarse como
![$\displaystyle \delta S = \delta \left[ \sum_j \int_{q_j(t_1)}^{q_j(t_2)} {\rm d}q_j\; p_j -
\int_{t_1}^{t_2} \!{\rm d}t\; H \right] = 0 \;.$](img1119.svg) |
(36) |
En algunas situaciones, esta expresión puede resultar muy conveniente.
Gustavo Castellano 16/11/2023