En ciertos casos la aproximación de potencial periódico débil no resulta adecuada: los átomos casi pueden aproximarse como aislados, aunque el solapamiento de algunos orbitales electrónicos de átomos vecinos es importante. Entonces es conveniente utilizar funciones de onda asociadas con esos átomos, es decir, considerar electrones fuertemente ligados a ellos, en lugar de procurar una aproximación a partir de las ondas planas que identifican a las partículas libres. El método de “enlace fuerte” (tight-binding) consiste precisamente en representar los estados de los electrones construyendo funciones de onda a partir de la combinación lineal de orbitales atómicos (LCAO: linear combination of atomic orbitals). Obviamente este método no puede ser adecuado para metales, donde los electrones de valencia se comparten a lo largo de toda la red cristalina: justamente su utilidad se pone de manifiesto en la descripción de aislantes y metales de transición con capas parccialmente llenas.
Utilizamos la notación originada en las soluciones atómicas asociadas a un potencial central, de manera que los números cuánticos
se corresponden con las autofunciones individuales
que obteníamos en Mecánica Cuántica. Con esos orbitales, centrados en cada sitio
de la red, construimos una base
para los electrones del cristal
La relación (16) es en realidad nuestra ecuación de autovalores, donde
Resumiendo, es necesario construir todos estos elementos de matriz para resolver la ecuación secular (16), y con ella encontrar la estructura de bandas determinada por las relaciones
. Una forma alternativa de ver el problema es pensar que el hamiltoniano
asociado al átomo aislado localizado en algún sitio de la red, para el cual conocemos las soluciones
, es perturbado por el potencial
asociado con el resto de la red. Considerando entonces
, el método perturbativo nos permite estimar las correcciones a primer orden